lunes, 24 de enero de 2011

Tú eliges el valor que tiene que tener cada cosa.

Si algo he aprendido con el paso de los años, es que tú mismo marcas el valor que tiene cada una de las cosas que nos pertenecen. Olvidamos el valor económico de ese objeto y nos centramos solamente en el valor sentimental que nosotros le queremos dar. Parece mentira como una simple pulsera puede significar tanto, y es algo que nadie entiende, por mucho que tú expliques lo que puede significar para ti, sientes que solo tú puedes ver de verdad el significado de esa cosa que para los demás pueda pasar totalmente desapercibida.
Un trozo de plástico con forma de trenza, de un color negro y atado con un nudo peculiar, y es que así es mi pulsera, la cual no me despego de ella desde el 10 de Agosto. He de reconocer que ese nudo es así, a causa de mi ridícula muñeca, no conseguía ni había manera de llenarla.
Esa pulsera fue de una muñeca a otra, y precisamente ese fue el momento por el cual hablo de ese valor. Una mano sujetaba mi muñeca y seguidamente entre una que otra risa conseguía atármela y prometer que no me la quitaría. Y así ha sido hasta ahora.

¿Cuánto dura ese valor que nosotros le damos? A pesar de que el significado de ese objeto se haya visto por los suelos, algo me ata y no deja que me la quite, es como si con ella guardara una pequeña parte conmigo de algo que fue muy especial e importante para mi.

1 comentario:

  1. A veces no solo basta con borrar aquello que nos hace daños; A veces, es necesario desprenderse de aquellos recuerdos, aquellos regalos, que con el paso de los días han decrecido en cuanto a su valor.
    Te animo a que cojas unas tigeras y... bueno, ya sabes el resto.

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