domingo, 13 de febrero de 2011

Felices 20! :)

Es curioso las vueltas que puede llegar a dar la vida. ¿Quién iba a decirme a mí que tú volverías a estar aquí, y que yo también lo iba a estar para felicitarte el día que tú cumplieras los 20?
La vida te va enseñando que la gente viene y va, y sólo los que realmente marcan un hueco bastante grande en ti logran mantenerse a tu lado. Pero nuestra historia es diferente, fueron muchos años sin saber el uno del otro, y no puede haber tanta casualidad junta. Algo me decía que tenía que estar aquí
J. Y quiero que seas consiente que si tú hoy estás es porque realmente considero que eres de aquellas personas que me IMPORTA tener cerca.
Hemos podido pasar por muchas cosas, a pesar de no poder compartir muchos momentos juntos, pero créeme que te has convertido en alguien muy especial para mí. Empezando por las redadas de las horas que nos hemos tirado hablando hasta las cinco de la mañana, seguidamente de esas llamadas a las tantas de la noche donde en ninguna de ellas han faltado las risas, y en eso te caracterizas tú Adri, siempre has hecho que te viera así, siempre con una sonrisa a tú lado que no pierdes nunca pese a todo. Quizás no te des cuenta, pero de todo esto saco muchas cosas, nos hemos reído de todo siempre, pero si algo fallaba te he tenido ahí recordándome lo tonta que soy a veces, he aprendido más de lo que te crees de ti… por eso quiero decirte tres cosas; primero darte las GRACIAS por
todos esos momentos que me has hecho pasar, porque en poco has conseguido un hueco en mí muy grande. En segundo lugar decirte que lo SIENTO por algunas actitudes que he podido tener contigo que han hecho que las cosas empeorarán cuando no venían a cuento.
Pero la más importante de todas es que TE QUIERO, por todo lo que me has llegado a aportar, sabes que para mí eres muy especial, y no todo el mundo puede conseguirlo. No te deseo toda la felicidad en este día porque a ti te la deseo todo el año. SÉ FELIZ, pero sigue aquí conmigo para que yo pueda verlo!

Espero que vengan muchos momentos más mono.

Y recordarte, aunque ya lo sepas, que la misma niña rubita con las coletitas, sigue queriéndote de la misma manera y va a seguir a tu lado para levantarte las veces que vea que decaes!


FELICIDADES ADRI.

viernes, 28 de enero de 2011

Decepcionada.

Cuando de repente un día, todo aquello que creías que tenía sentido deja de tenerlo y se te cae encima, nada por decir, todo por hacer.

Hoy no hay color, sólo decepción. Confío en el tiempo…


Al igual que tú lo hiciste una vez, "Chica de verde" ,hoy te lo tengo que decir yo a tí... No me sale nada, hasta a ti ese día te salían más palabras que a mi. Gracias por permanecer aquí en momentos como este, haces que todo sea más fácil, gracias por no escaparte de mi lado pese a todo, te quiero mucho pequeña.

lunes, 24 de enero de 2011

Tú eliges el valor que tiene que tener cada cosa.

Si algo he aprendido con el paso de los años, es que tú mismo marcas el valor que tiene cada una de las cosas que nos pertenecen. Olvidamos el valor económico de ese objeto y nos centramos solamente en el valor sentimental que nosotros le queremos dar. Parece mentira como una simple pulsera puede significar tanto, y es algo que nadie entiende, por mucho que tú expliques lo que puede significar para ti, sientes que solo tú puedes ver de verdad el significado de esa cosa que para los demás pueda pasar totalmente desapercibida.
Un trozo de plástico con forma de trenza, de un color negro y atado con un nudo peculiar, y es que así es mi pulsera, la cual no me despego de ella desde el 10 de Agosto. He de reconocer que ese nudo es así, a causa de mi ridícula muñeca, no conseguía ni había manera de llenarla.
Esa pulsera fue de una muñeca a otra, y precisamente ese fue el momento por el cual hablo de ese valor. Una mano sujetaba mi muñeca y seguidamente entre una que otra risa conseguía atármela y prometer que no me la quitaría. Y así ha sido hasta ahora.

¿Cuánto dura ese valor que nosotros le damos? A pesar de que el significado de ese objeto se haya visto por los suelos, algo me ata y no deja que me la quite, es como si con ella guardara una pequeña parte conmigo de algo que fue muy especial e importante para mi.

domingo, 23 de enero de 2011

Comenzar de cero, no soltar el acelerador.

Creo que éste es el momento, es mi momento, nada va hacer que frene, he empezado a acelerar y no hay freno que este a mi alcance. Es el momento, jamás pensé que costara tanto poner el pie en el acelerador para empezar un camino diferente, un camino desconocido para mí, pero a la vez deseado y bastante esperado después de tanto sufrimiento.
Borrar lo que alguna vez me hizo daño es mi principal objetivo aquí, y desde que el proceso ha empezado sé que no hay marcha atrás. Aquellas cosas que a escasos minutos se veían tan cerca han empezado a desaparecer, tan solo el cristal del retrovisor ha podido ser testigo de que cosas quedaron atrás, porque una vez la velocidad se apodera en la carretera, es imposible ver una imagen nítida de todo aquello que se puede ver por lanventana.
Sólo las cosas esenciales y que merecen la pena se mantendrán a mi lado, porque lucharán por seguirme a pesar de volver locas las agujas del cuenta quilómetro, hasta tal punto que consigan adelantarme si lo ven conveniente y hacer que frene si lo ven necesario.
No siento dolor. Los kilómetros van aumentando, sé  que ya nada me puede hacerme daño, acato una velocidad fija. Algo extraño ha sucedido, mi vista se centra en el retrovisor interior del coche y una sensación de angustia se apodera de mí, algo no va bien, detrás no ha quedado nada, todo ha desaparecido. He dejado guiarme por la suerte, he preferido no pensar en mi destino, ni tampoco he querido pensar por dónde iba a pasar, simplemente eso, he pasado, he dejado caminos atrás.
Entro en un túnel, el cual al penetrar no veo salida alguna, la oscuridad aumenta cada vez que voy entrando más allá de ese túnel. Y entre luces y luces parpadeando en los laterales, algo me dice que voy a ver la salida, que es el momento perfecto para dejar atrás todo aquello que no me hacía bien. No consigo ver a nadie por el retrovisor, sigo con la misma sensación de soledad.
De repente, algo cambia, una luz al final del túnel, hace que una sensación esperanzadora siga dentro de mí, yo misma me metí en ese túnel, nadie tiene que ayudarme, he de seguir hacia delante y no desviarme de carril, seguir la misma trayectoria será mi mejor decisión. Lo consigo, el reflejo de la luz del sol se cuelan cada vez más hasta que consigo salir, entonces, para sorpresa mía, encuentro ahí otro mundo totalmente diferente que el anterior, con todo aquello que vale la pena. Las personas que realmente me valoraban estaban ahí esperándome, algo que no veía hizo que lo viera todo de golpe, habían conseguido coger caminos distintos para que no fueran descubiertos antes de tiempo y llegar antes que yo al fin que yo me había marcado. Muchos lo intentaron, pero no todos consiguieron llegar donde llegué yo.

Bienvenidos

=)